martes, mayo 19, 2009

Fastidio

Podría resultar fácil
transgredir los parajes del secreto
y delatar las culpas mimadas.

Fastidio,
la navaja empuñada busca tu muerte
en mi silencio,
en decolorar y coagular mi sangre
que desespera por ser vuelta al corazón.
El dolor corteja a la palabra
y la promesa llora endeble
cuan amor adolescente
La tormenta se ha hartado
de mis plazos
Estoy a solas en este cuarto tranquilo
acompañado por el puñal
que señala a mi lengua muerta
con los ojos dados vuelta
y con el miedo temblándome en las rodillas,
no me han de soportar

¡Oh, Fastidio!
has vaciado mis palabras
y enamorado a mis dedos largos
Mis manos han de vengarse
de quien las ha arrastrado.