martes, agosto 08, 2006

Filosofía colorada de mi existencia

Siempre surge la pregunta de: ¿por qué estamos en este mundo? ¿Qué puede justificar mi existencia? ¿para qué vivir si todo el significado que se le da a la vida es material y cuando yo quiero vivir de una forma de vida armoniosa la sociedad te lo hecha abajo?. No digo que pueda dar una respuesta totalmente certera a aquella pregunta, porque si la tuviera no estaría escribiendo esto y ahora mismo estaría escribiendo un libro para hacerme rico y famoso. Lamentablemente así funciona la gente.
Pero sí puedo dar una opinión personal. Muchas personas intentan darle un matiz material al sentido de nuestra convivencia cotidiana, pero esas personas son las que más están propensas a que decaiga su estado de ánimo de forma abrupta, aquellos que justifican el consumo como método de estilo de vida obtiene placer a través de la adquisición de un objeto, este tipo de placer puede perjudicar al individuo haciéndolo obsesivo con lo que quiere, y si no lo consigue se limita a vivir de forma depresiva hasta que ese producto llegue a sus manos. Este estilo de adquisición de placer tiene principios hedonistas y obtiene su primordial base en este capitalismo dotado de un gran capacidad productiva y que necesita instalar en las subjetividades el consumo como deseo...en resumen este tipo sentido de vida vale callampa.
Muchos otros buscan respuestas en los movimientos que van surgiendo a través de las épocas, ya sea el hippismo, movimientos punk, grupos de acción directa, etc. Lo que mancha a este tipo de elección de horizonte existencial son la fácil sumición a las drogas, alcohol u otro alucinógeno que desespavile a la gente. Por ende se termina corrompiendo la idea inicial y destruye toda utopía bien planteada por los que partieron cosechándola.
La idea de una existencia grata está dentro de uno mismo, se encuentra en los colores alegres de nuestros pensamientos y aquellos nos ayudan a ver la vida de un forma alegre. ¿Para qué hacemos las cosas sino que para que nos quieran un poco más? Todas nuestros pensamientos, acciones y sueños se ven completados cuando podemos entregar amor a los demás y que los demás nos entreguen cariño y respeto. Basta con enamorarse de la vida y con eso bastaría para entender que la mayoría de la escencia de nuestro bienestar se encuentra en dar y recibir cariño. Y si es que me refiero a el tipo de cariño por el prójimo, también me puedo referir con mucha empatía a enamoramiento por un tercero específico. A todos nos alegra estar con alguien que nos pueda corresponder el amor de forma personal, aquella persona que le puedas hablar con toda tranquilidad y le puedas susurrar siempre al oído que la amas y tendrás la certeza de que ella (o él) te responderá con un gesto similar para igualar tu acción.
La vida es un sorteo de situaciones que hay que saber llevar con optimismo y gracia, nunca acumular hechos molestos y hablarlos, ya que siempre la acumulación de estos va subiendo la vulnerabilidad a caer en el odio.
Es una pena que en el mundo cotidiano sólo pueda verse el amor entre parejas, muchas personas de terno y corbata están demasiado ocupados como para poder siquiera pensar en darle a el que esté falto, un poco de cariño.
No podría pensar de esta forma si es que viviera en un entorno sin estimación, gracias por mi condición actual que tengo a mucha gente querida que me rodea, y no hablo sólo de mis familiares, sino que las personas que puedo considerar amigos impulsan a que mi vida sea más feliz y coloreada.

somos flores en un pantano que nos priva el calor y alegría del sol, pero no hay que limitarse a esperar que algo suceda, debemos abandonar la comodidad o abandonar las esperanzas.

martes, agosto 01, 2006

Vida cotidiana, amistades y celebraciones.

El primer pensamiento que generalmente se me viene a la cabeza cuando me despierto es: ¿Por qué no mejor me salgo del colegio y me hago un dos por uno?, para luego darme cuenta de que la alarma no deja de sonar y que debo apagarla lo más rápido posible para evitar un colapso nervioso. Al pasar los minutos las lagunas mentales que me acompañan de madrugada comienzan a disiparse, en gran parte gracias a la ducha, y pienso, pienso, a veces puras estupideces y otras llego a conclusiones muy rebundantes que me dispongo a olvidar rápidamente. Al comer no pienso nada, mi desayuno rutinario no tendría importancia en mi existencia si no fuera por el hecho de que eso me mantiene despierto hasta redondar las 11 de la mañana. Finalmente me preparo para partir, preparo el pendrive y me enchufo en una caminata larga y somnolienta, acompañada de una despreocupación alimentada por la melodía que me mantiene relajado todo el día.
Me salto una gran parte del viaje porque digamos que los viajes en micro no son muy exitantes a menos que a alguien le ocurra alguna desgracia a alguien. En fin... al llegar al colegio ya no debo preocuparme la típica advertencia de "espére al señor Hernández en la puerta" o "déjeme ver lo que tiene detrás de la oreja..." porque simplemente el mechón me tenía chato y estoy tan carente de afro que las patillas pasan desapercibidas, aunque eso no quita el hecho de que quiera seguir con el pelo largo, es lo que me mantiene rebelde y joven.
Cuando llego a la sala es otro cuento, los mismos de siempre que, como yo, viven tan lejos y se despiertan tan temprano que llegan a una hora en donde los inspectores no circulan....solamente algunos profesores sin nada que hacer que pareciera que acampan en el establecimiento....al terminar de saludar a mis queridos compañeros dejo mi mochila y comienzo a charlar. De a poco el sector de la sala comienza a llenarse con los personajes de siempre. Por supuesto que siempre estoy con las mismas personas: Zeta y Ardilla, ya que el lui siempre tiene un audífono en su tímpano y el oso llega demasiado tarde como para charlar un poco con él antes de que suene el timbre.
Estas personas son las que me alegran la mañana, el día, aquellos que me hacen pasar una muy buena jornada siempre, esos cinco individuos son los que yo podría llamar: amigos (sin dejar de lado a mi compadre willy que no está en estas palabras por el contexto en el que las desarrollo, y con otros individuos lo mismo). Sin esos huevones no podría soportar ninguna hora de mi horario escolar diario, ni tampoco podría sobrevivir a la agobiante hora de recreo que tenemos disponible. Sería muy ingrato si es que dejo de lado a la Cony, que ultimamente se ha acercado bastante a nosotros y, personalmente, le he tomado un estima gigante (no tatá) y puedo considerarla a ella como un gran persona, increiblemente activa y con una sonrisa que llena de optimismo al que tiene la suerte de observarla...
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debido a la flojera que me da seguir escribiendo y porque me está dando mucho sueño voy a parar acá y a ver si me da el animo algún otro día, mes, año o década para continuarlo.
Salud y libertad (frase típica para cerrar algún texto con aires de crítica social, pero este no es el caso).