lunes, octubre 18, 2010

Unestación

Quisiera evitar
llorar las estaciones
en tan solo lágrimas de invierno.
Con el verano escapándose
a una primavera
que se vive anunciando,
amiga de las nueva frontera,
lejana línea de cada tropiezo.

Que a tientas en la oscuridad
sin noche
sopesan el camino mis palmas.
Y mis pies,
hijos retoños de los pasos
de un huerto en el desierto,
llevando y muriendo la vida
a sabiendas de mis ojos,
profundos de cielos
ciegos de la sal
ignorantes criaturas
con ingenuos pasatiempos.
Mi ombligo grita a los sentidos
del calor
fruto prohibido al negarse,
"dorada manzana del sol",
de este invierno que no termina de estacionarse

editado: 19-10-2010