miércoles, octubre 22, 2008

Fotografía.

Tus labios aún adornan
el recuerdo que llevo bajo la chaqueta.
La tinta aún mancha, indisoluble,
el dorso de nuestra fusión;
pero el papel nos muestra estáticos,
nuestras sombras, el blanco y el negro,
tu pelo siendo mar en la arena de mi piel.
No había forma,
armonizamos la asimetría,
hicimos visible el frío
vaporizando nuestro aliento,
fuego de esperanza,
nostalgia, a veces desgracia.
Nos devuelvo a mi bolsillo,
no será sino hasta el otro amanecer.
Mi corazón, barco sin puerto,
más náufrago que aventurero.

martes, octubre 21, 2008

Impuntual

Se detiene y avanza,
corre y se desmaya.
¡No descansa, no descansa!
Salta las vigas que acosan su camino.
Tropieza con la gente.
Viola la ley de tránsito.
¡Va a llegar a tiempo!
Patea una paloma,
esquiva a un mendigo,
y escupe a un promotor,
nada lo interrumpe, nada lo atrasa.
Por fin volverá a ella,
por fin la abrazará donde todo comenzó.
¡Oh, no!
Se equivocó de helipuerto,
erró en el edificio.
Si no es en el momento exacto,
no resultará.
¡No hay tiempo, no hay tiempo!
Último tramo,
lo esperan ojos dorados
a veinte metros de vacío.
Se detiene, piensa, analiza,
duda, un poco de espacio y se lanza.
Estira los brazos y pedalea en vuelo.
Adrenalina, excitación,
emoción, desespera, se frustra,
se cae y despierta.
Aparta las sábanas,
toma el reloj
y planta nueva carrera,
con igual prisa,
pero con menos pasión.
Siempre llega tarde a reunión.

jueves, octubre 16, 2008

Tic Tac

Admiro tu plano cartesiano
oh sí, déjame sentir
las líneas y las curvas.
Escribo palabras como parábolas
y enredo las rectas paralelas
que en el infinito hacen unión.
Nuevamente con tu fotografía en mis ojos
y con una lágrima en las manos,
oh no, reprobaré matemáticas, otra vez.
La bala de tus palabras dibuja la diagonal
que atraviesa las ordenadas y
tropieza con las abscisas en la coordenadas de mi cordura.
Los 45 grados de mi postura
le dejan espacio al recuerdo.
Somos dos triángulos equiláteros,
fisionados del cuadrado
que formaba nuestra unión.
A la mierda geometría,
huelo tu última carta
que me sabe a desazón.

domingo, octubre 12, 2008

Absurdo.

Un par de absurdos,
entrelazados por su interés,
buscaban descifrar la situación.
Uno tautológico,
el otro contradictorio,
gritaban desacuerdo.
El primero, construyó la situación como un engranaje;
el segundo, divertíase pintando con lápices blancos
manchas negras en el telar de su ocupación.
El tiempo habían detenido.
Entre ambos extremos me encontraba,
en sus ideas lidiaban evitar mi colapso.
Liberado del tiempo, los contemplaba.
Agitados, desperaban.
Rehuían la mirada y no se atrevían
a dirigirme palabra.
El de la izquierda lo había logrado.
Ya satisfecho, de reojo me invitaba a contemplar
el funcionar de su maquinaria,
sincronizada, perfecta; resultaba.
Me sentí tentado, no ofrecía posterior debilidad.
Decidí echar el tiempo a correr,
agradable había sido su lógica.
Al instante un tronador ¡Eureka! sonó en el espacio,
el contradictorio diestro había aniquilado
con colores y esperanzas
aquello que el siniestro construyó con frialdad.
Pero ya era tarde, el tiempo había sido echado a correr,
y yo estaba otra vez,
frente a tus ojos,
sin saber qué hacer.