lunes, septiembre 29, 2008

Light.

¿No tienes lumbre?
Discúlpame, suelo olvidar los rostros,
y menos recuerdo sus costumbres.
No creo poder ver el tuyo,
y hasta te he dado vuelta la cabeza.
¡Hey! Si tan sólo fue una palabra,
¿de aquel derecho también has de privarme?
de querer enrostrarte, cortarte,
desaparecerte, enterrarte,
despedazarte y olvidarte;
al menos enfrentarte,
pedir de vuelta aquello que he mostrado, vulnerable.
No rías, sabes lo que odio,
o que al menos no odiaba hasta entonces,
y entonces es ahora, y es ahora que no quiero que sonrías,
porque suelo responderte de forma recíproca.
Escúchame bien, ¡déjame dejarte tranquila!,
obvia tus señales, deshecha tus pistas,
si de tan lejos has hecho botarme,
siendo que estaba en tan alto vuelo,
no pretendas hacerme volar denuevo.
Bueno, ¿no tienes lumbre?
que el cuarto es oscuro
y tu presencia lo torna agradable,
demasiado para mi gusto,
mi gusto sabor a tierra,
ya transformado, ya ensuciado.
Ya que no hablas, he de tantear terreno,
y buscar la puerta, espero que haya,
alguna puerta o ventana,
no sé, pero quiero escapar de este cuarto,
estás demasiado tú presente
y hasta a mi ello lo siento temblar.
Ya encontré algo, adiós...
es el vacío,...¿qué hacer?
permíteme un último beso
y me iré volando.